Crisis democrática y de confianza. ¿Se dan las condiciones para el cambio social y de sistema?

Nos preguntamos si estamos cerca de que se dé el cóctel de circunstancias que podrían producir una ruptura sistémica. Analizaremos para ello los datos de varias oleadas de sondeos realizados en Europa y estableceremos un paralelismo con estudios sobre psicología humana realizados en EEUU y Canadá así como con la experiencia histórica sobre procesos rupturistas.

 

1. Análisis generacional en España según ideología política y participación electoral

Para realizar la segmentación generacional hemos separado a la población en diversos grupos según la década en la que se socializaron políticamente. Esto es, la década en la que un determinado grupo de población alcanzó la mayoría de edad (18 años). Hemos hecho coincidir las divisiones de población con las del artículo ¿Existe una crisis participativa? La evolución de la participación y el asociacionismo en España[1]. Según el estudio, realizado en 2005, todos los indicadores de participación hacían prever que las generaciones más jóvenes iban a tener mayores índices de participación electoral que sus predecesores. Esto está aún por demostrar, aunque por ahora va camino de incumplirse. En donde sí se está notando una mayor participación no es en las elecciones, donde la abstención es creciente, sino en las protestas ciudadanas y la autoorganización fuera del marco institucional tradicional: partidos, sindicatos y ONGs. Estas nuevas formas de politización de la sociedad que escapan al asociacionismo tradicional no habían sido previstas en el estudio. El crecimiento del uso de internet como herramienta de comunicación, información y organización social, especialmente en las generaciones más jóvenes, sin duda tiene mucho que ver con ello.

Nuestra segmentación generacional consta de 6 grupos, uno más que en el estudio de Morales puesto que hemos incluido la última generación socializada a partir de 2001, la generación 2000. Luego seguirían la generación 90, socializada en condiciones de normalidad civil y de relativa paz social y la generación 80, que lo hizo durante la primera etapa del régimen de gobierno representativo en España, marcada por intento fallido de golpe de estado y la violencia terrorista. La generación 70 es la de la transición, y la 60, la de la última etapa de la dictadura, marcada por las protestas contra el régimen. Finalmente tenemos la generación dictadura que serían los socializados durante el régimen autocrático o incluso en plena guerra civil. Tenemos pues tres generaciones pre constitucionales que refrendaron el texto de 1978 y tres generaciones post constitucionales que no pudieron refrendarlo.

De cada uno de estos grupos de población hemos analizado el peso demográfico respecto al total de la población mayor de edad (con derecho a voto) a fecha de 2012 a partir de los datos del INE. También hemos recogido, con datos del barómetro del CIS de julio de 2012, los porcentajes de participación electoral separando, por un lado, a los que votaron a partidos, y, por el otro, los que de alguna forma objetaron el sistema electoral, ya fuese absteniéndose, votando nulo o en blanco. Combinando el peso demográfico y el grado de participación electoral hemos estimado el peso en las elecciones de cada uno de esos grupos de edad. Es lo que hemos convenido en denominar porcentaje de contribución al resultado electoral o peso electoral.

% de los electores

% de participación

% de contribución

G. Dictadura

15,68

79,75

16,38

G. 60

13,86

85,59

15,53

G. 70

19,40

81,32

20,66

G. 80

21,37

73,61

20,59

G. 90

13,46

76,72

13,52

G. 2000

16,22

62,70

13,32

                                  Fuente: INE


Elaboración propia. Fuente: CIS, barómetro de julio 2012

Se observa que las generaciones preconstitucionales tienen un mayor peso electoral (~ 53%).

Profundizando en el carácter político de cada una de esas generaciones de españoles, hemos analizado su simpatía por los partidos políticos. Clasificamos la muestra en cuatro grupos: los que manifiestan simpatía por partidos pro status quo, los que manifiestan simpatía por partidos anti status quo, los que no manifiestan simpatía por ningún partido y los que no se pronunciaban. Así, hemos discriminado hasta cierto punto, el peso de continuistas, reformistas y rupturistas respectivamente.

Hemos considerado como partidos pro status quo aquellos que han gobernado en solitario por lo menos alguna comunidad autónoma durante tiempo suficiente como para haberse afianzado en el sistema y ser favorables al continuismo del régimen oligárquico y partitocrático. Así pues en esta clasificación entran los siguientes: PP, PSOE, CiU, PNV, UPN y CC. El resto de partidos los hemos considerado partidos “alternativos” que en una dirección u otra ofrecen un cambio en el status quo vigente, por lo que se han agrupado dentro del conjunto de partidos anti status quo.

Elaboración propia. Fuente: CIS, barómetro de julio 2012

Lo que observamos es que las generaciones preconstitucionales, las que sí pudieron votar el texto, tienen en general más simpatía por los partidos pro sistema. Destacando la generación 60 como la más fiel al continuismo político. A pesar de todo, la generación 70 manifiesta una lealtad al sistema ya mucho más endeble, por debajo del 50%. Las tres generaciones post constitucionales tienen, a su vez, índices de continuismo aún más bajos (< 40%); siendo claramente las más predispuestas a modificar el statu quo vigente.

Podemos concluir que el recambio generacional, sin ser abrupto, ya empieza a ser un hecho, pero que no tiene reflejo en las urnas debido al enorme peso electoral que aún tienen las generaciones preconstitucionales, las cuales bloquean, por ahora, toda posibilidad de cambio y porque buena parte de quienes quieren cambios no encuentran en las elecciones ninguna formación que les satisfaga o bien porque directamente desean participar en la política de otras formas más directas. Recordemos que las generaciones 90 y 2000 son también las generaciones socializadas con las nuevas tecnologías e internet. Las generaciones postconstitucionales son también las mejor formadas; esperan algo más que depositar una simple papeleta cada cuatro años.

De producirse un cambio político de calado en los próximos años, parece poco probable que este pueda provenir de las urnas sino que más bien sean los procesos de protesta masiva los que logren trasladar y filtrar en las instituciones el vuelco en la opinión pública de las generaciones más nuevas, como una lluvia fina pero constante que poco a poco va calando.

Otro dato, el 37% de españoles declaran tener posturas de izquierdas, el 33% posturas centristas, el 13% de derechas y el 17% no lo saben, no se identifican con ninguna o simplemente no se pronuncian. Y estos valores promedio se han mantenido, a pesar de las constantes fluctuaciones, bastante inalterables desde ya antes de la crisis[2]. Un 50% de españoles, entre centristas e indefinidos, no tienen una postura ideológica definida. Sólo un 13% se declaran de derechas, probablemente los más reacios al cambio, pero también los más disciplinados a la hora de votar. A partir de los datos del recuerdo de voto hemos calculado el porcentaje de quienes no votaron a ningún partido.

Datos: Julio-2012

Izquierda (1-4)

Centro (5-6)

Derecha (7-10)

ns / nc

Porcentaje de población

37%

33%

13%

17%

Abstención+Nulo+Blanco

19,6%

24,1%

8,8%

43,2%

Peso electoral relativo

39,0%

32,8%

15,5%

12,7%

Las campañas electorales son grandes operaciones de marketing cuyo público objetivo es la bolsa de votantes sin ideología política definida. Puesto que el cambio de alineación ideológica es infrecuente, habrá que adaptar el discurso a la realidad social. Quizá un enfoque algo más transversal, que vaya más allá del discurso izquierda – derecha, centrando el objetivo en la democratización de las instituciones, en incorporar la participación ciudadana a todos los niveles logre hacerse con el favor de ese tercio de ciudadanos que se declaran de centro. Hay que convencer a la gente de que un cambio constitucional y una democracia más plena es posible, que puede hacerse y que solo es cuestión de voluntad política, como todo.

A tenor de los sondeos realizados por Metroscopia en los que un 77% se declaraba favorable a las reivindicaciones del 25S[3], no parece que se esté tan lejos de lograr. Tengamos en cuenta que izquierda+centro ya suman un 70% algo plenamente coherente tanto con los resultados de apoyo al 25S como los que se obtuvieron durante las primeras semanas del 15M[4].

2. Análisis de la crisis democrática y de confianza en las instituciones, a nivel europeo

Los recientes avances en psicología explican por qué son tan improbables los fenómenos de revuelta social aun en sociedades en extremo oprimidas y explotadas. Sucesos como la Primavera Árabe no son frecuentes y por ello nos resultan inspiradores. La misma llama que prendió en Túnez y que luego se contagió a Egipto para saltar a Libia, Yemen, Bahrein, Omán y Siria podría prender en un país de Europa. ¿España tal vez? El alcance de un suceso así sería, sin duda, enorme. Probablemente comparable a la última transformación social de importancia en Europa, la Revolución Francesa. La psicología nos dice, sin embargo, que para que se de una situación rupturista no basta con que el sistema de gobierno sea deficiente y corrupto sino que hay que añadir una situación económica nefasta (las hambrunas en París espolearon a la turba contra las instituciones absolutistas pues nada tenían ya que perder). Cuando llega ese punto de ruptura, basta una sola chispa, un vendedor ambulante inmolándose en Túnez por ejemplo, para prender un área extensa y arrasar con las instituciones del antiguo régimen. Hasta entonces, el sentimiento de dependencia actuará como freno, y muy eficazmente. La necesidad de defender el sistema está sobradamente explicada por la Teoría de Justificación del Sistema[5]. El miedo es pues el mejor dique de contención de la oligarquía que ostenta el poder en nuestros sistemas de gobierno representativo (nos negamos a llamarlos democracias porque no lo son[6]).

Otro aspecto clave que juega a favor del sistema es la desinformación. No en vano el control de los medios de comunicación es un aspecto clave para la oligarquía gobernante. Un pueblo ignorante es un pueblo más confiado en sus instituciones, y eso, al poder, le conviene. Los canales unidireccionales de información son los que, desde hace unos años, internet y la comunicación bidireccional viene cortocircuitando de forma creciente. El análisis de estas tendencias también ha sido demostrada en el ámbito de la psicología[7]. Para ser más precisos, la era digital se inició el año 2000[8] y desde entonces la digitalización de la sociedad no ha dejado de crecer exponencialmente modificando sutilmente los comportamientos de las generaciones más jóvenes y permeables. Las revoluciones del siglo XXI puede que no sean televisadas, pero lo que es seguro es que sí serán twitteadas. La imprenta fue un arma poderosa en manos de los revolucionarios franceses, ocurrirá lo mismo con la red.

Para analizar la evolución seguida por diferentes países, hemos echado mano de dos series de sondeos. El Eurobarómetro (EB)[9] y la Encuesta Social Europea (ESE)[10]. Del ESE, solo tenemos muestras hasta 2010, ya que es un estudio bianual, pero nos ha servido para completar la información obtenida por el eurobarómetro, este sí, actualizado hasta la última oleada realizada en primavera de 2012.

La primera pregunta en la que nos fijamos es una valoración del 1 al 10 de la confianza que los políticos inspiran al ciudadano. Nos pareció interesante por cuanto puede calcularse el promedio para cada país y representar gráficamente su evolución temporal. El siguiente gráfico muestra los resultados.

Elaboración propia. Fuente: European Social Survey (ESS)

A pesar de que el rango absoluto es de 0 a 10, vemos que las puntuaciones están todas concentradas entre 1 y 6, lo cual no deja de ser un resultado bastante lamentable. Pero cabe fijarse en tres aspectos interesantes. El primero es que los que más confían en sus políticos son los países nórdicos y Suiza. En una zona intermedia se hallan el resto con la salvedad de Portugal. Luego podemos apreciar cómo esa confianza colapsa en Grecia a partir de 2008, el primer año fuerte de la crisis. En España vamos con un par de años de retraso respecto a ellos y el colapso empieza a notarse a partir de 2010. Lamentamos no tener la muestra de datos para 2012; para ver lo que está pasando a fechas más recientes, podemos echar mano de otras series de datos también muy ilustrativas.

En el siguiente gráfico se da el porcentaje de la población que manifiesta desconfianza hacia el parlamento de su país. Esto es más grave. Tradicionalmente la desconfianza suele ser mayor hacia los políticos que hacia los parlamentos, a los cuales se les considera instituciones más nobles; sin embargo, esto en algunos países está dejando de ser así. Veamos.

Como se puede ver, en los últimos años, a raíz de la crisis, seis han sido los países que muestran hacia sus parlamentos índices de descontento superiores al 70%. Son España, Grecia, Italia, Portugal, Irlanda y Reino Unido. Especial atención merecen España, Grecia e Italia cuya desconfianza ya bordea el 90%. Nótese que estos sondeos son de la primavera de 2012, por lo que el efecto del 25S no está contabilizado en estos resultados.

Ahora crucemos esta información con los sondeos referidos al interés de los ciudadanos por la política.

Apreciamos lo siguiente. Que los países nórdicos y los países del este tienen un elevado interés por la política, superior a la media europea. Por el contrario, los países mediterráneos y los países anglosajones están por debajo de la media. Hay una excepción a esta conclusión y es Grecia. Hasta no hace muchos años estaba como el resto de países mediterráneos, con tasas de interés por la política muy bajas, pero esto ha cambiado en los últimos años y ha acabado por convertirse en el país líder en interés por la política con gran diferencia.

Grecia está sufriendo una transformación social de mucho alcance, algo que se ve reflejado electoralmente con el hundimiento del PASOK, el tradicional partido de la izquierda griega, y el surgimiento de nuevas fuerzas a izquierda y derecha. Aunque tras la repetición de los comicios PASOK y ND (el tradicional partido conservador) pudieron volver a pactar, ese pacto está lejos de ser sólido si el hundimiento del PASOK prosigue[11].

Elaboración propia. Fuente: Sondeo del diario Ellada

En España vamos algo más retrasados en estas tendencias, pero si miramos la variación interanual del interés por la política con respecto a los resultados de la oleada de la primavera del 2011, antes de que estallase el 15M, entonces sí apreciamos cierta singularidad española que nos pone sobre aviso de lo que está por venir. En un solo año España y Grecia han sido los países en los que más se ha incrementado el interés por la política. Un 11% más de sus ciudadanos han pasado a interesarse mucho o bastante. Están por ver los resultados de la oleada de otoño donde los efectos del 25S ya se habrán dejado sentir y que, auguramos, incremente el grado de politización de la ciudadanía española.

Elaboración propia. Fuente: Eurobarómetro

España, aquí, lidera, junto con Grecia, el ranking de países en ritmo de politización; partimos de muy atrás, pero el ritmo al que la sociedad se está politizando es considerable.

Por último, la confianza en las instituciones europeas desde el inicio de la crisis sigue un patrón similar, si no peor. Según el Eurobarómetro, la pérdida de confianza está en máximos históricos también.

Fuente: Informe del Eurobarómetro de primavera de 2012

Conclusiones

Observamos que en los países más afectados por la crisis en este momento, Grecia y España, se dan dos circunstancias aparentemente contradictorias, pero que, en realidad quedan muy bien explicadas por la psicología. Por un lado, sus sociedades se están politizando cada vez más y, por el otro, la desconfianza hacia todas las instituciones políticas crece también. Pero es lógico si tenemos en cuenta que el pueblo no ejerce el poder de forma directa. De hecho, no lo ejerce de ningún modo, ni siquiera en las elecciones, pero esa es otra historia. Lo cierto es que, cada vez más, los ciudadanos cobran conciencia de que la incapacidad de los políticos para resolver los problemas del país es también responsabilidad suya, de haber renunciado a la soberanía popular a favor de unos gobiernos representativos que se ha demostrado que solo representan los intereses financieros. Estas tendencias no pueden mantenerse indefinidamente, y eso los políticos lo saben; sin embargo, hacen como si la cosa no fuera con ellos. Cualquier analista sabe que una sociedad que rechaza a sus dirigentes y que, en cambio, está cada vez más informada y ansiosa por ejercer ella misma el poder acaba por sublevarse. ¿Por que no hacen nada para evitarlo?

Muy sencillo, pues porque para rebajar la tensión social habría que cambiar el orden social que es justamente lo que tratan a toda costa de evitar. Ellos realmente piensan que esto puede que sea pasajero, que quizá sólo queden uno o dos años más de crisis. Realmente no tienen ni idea, pero esa es su esperanza y su apuesta, porque muchas veces antes ha sido así. Así que, ¿para qué cambiar el sistema y perder privilegios si, quizá, por una mera cuestión de ciclo económico, no sea necesario? Si la remontada económica llega, se atribuirán el mérito a su gestión. Luego, si por el contrario no llega al menos habrán ganado tiempo. Así pues, su estrategia es simplemente limitarse esperar a que la cosa remonte por sí sola, y que cuando lo haga, los indicadores sociológicos vuelvan a recuperarse, la gente vuelva a confiar y vuelva a desinteresarse por la política. En definitiva, esperan a ver si escampa.

El problema es que actualmente en las economías deprimidas los precios no bajan por la presión al alza de materias primas y energía y eso hace imposible la recuperación sin políticas redistributivas y sin cambios estructurales de calado cuyos efectos tardan bastante tiempo en verse.

Nadie tiene la bola de cristal y nadie sabe lo que finalmente ocurrirá, pero lo que es seguro es que, de seguir estos indicadores sociológicos en ese rumbo, lo más impredecible podría ocurrir mañana mismo. Estaremos atentos.

 

Actualización: Mientras salía este artículo del horno, ha salido el barómetro del CIS de octubre que no viene sino a confirmar las tendencias que aquí se detallan. El descontento con la clase política nuevamente bate récords y parece que no se vaya a detener nunca. Cerramos pues con este gráfico.

Y una úlima noticia que viene a corroborar ese temor creciente: El FMI teme que los recortes puedan desatar un estallido social


Referencias

[1] Morales, L. «¿Existe una crisis participativa? La evolución de la … – Aecpa.» 2005. <http://www.aecpa.es/uploads/files/recp/13/textos/02.pdf>

[2] «¿Se está polarizando políticamente la sociedad española? | No me …» 2012. 5 Nov. 2012 <http://nomejodasquemeincomodas.wordpress.com/2012/07/26/se-esta-polarizando-politicamente-la-sociedad-espanola/>

[3] «El 77% comparte los motivos del 25-S | Política | EL PAÍS.» 2012. 31 Oct. 2012 <http://politica.elpais.com/politica/2012/10/06/actualidad/1349540108_595750.html>

[4] «Un 70% de los ciudadanos apoya al ‘movimiento 15M – Nueva Tribuna.» 2012. 31 Oct. 2012 <http://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/un-70-de-los-ciudadanos-apoya-al-movimiento-15m/20110607155358055983.html>

[5] «Las personas tienden a defender al sistema, aunque sea injusto o …» 2011. <http://www.tendencias21.net/Las-personas-tienden-a-defender-al-sistema-aunque-sea-injusto-o-corrupto_a9036.html>

[6] «Cómo conseguir una democracia real, y por qué nos cuesta tanto …» 2012. <http://apoyociudadano25s.wordpress.com/2012/10/17/como-conseguir-una-democracia-real-y-por-que-nos-cuesta-tanto-conseguirla-1a-parte/>

[7] «La gente prefiere ignorar los problemas sociales … – Tendencias 21.» 2011. <http://www.tendencias21.net/La-gente-prefiere-ignorar-los-problemas-sociales-revela-una-investigacion_a8675.html>

[8] Hilbert, M. «The World’s Technological Capacity to Store, Communicate, and …» 2011. <http://www.sciencemag.org/content/332/6025/60>

[9] «GESIS – Eurobarometer: Data access.» 2012. <http://www.gesis.org/eurobarometer-data-service/data-access/>

[10] «Online Analysis – European Social Survey – Universitetet i Bergen.» 2009. <http://ess.nsd.uib.no/ess/round4/online.html>

[11] «La crisis del socialismo griego amenaza la estabilidad … – Eldiario.es.» 2012. 2 Nov. 2012 <http://www.eldiario.es/politica/socialismo-amenaza-estabilidad-Gobierno-Samaras_0_64393651.html>

Acerca de Víctor García

Licenciado en física, máster en física computacional y posgraduado en técnicas cuantitativas para los mercados financieros. Ha trabajado como personal docente investigador en la UPC y como técnico de banca en una gestora de fondos de inversión. Actualmente interesado en la transición energética y en encontrar nuevas formas de gobernanza colectiva que permitan el ejercicio de una soberanía popular real así como por la modelización basada en agentes, la vida artificial y el aprendizaje automático.
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5 respuestas a Crisis democrática y de confianza. ¿Se dan las condiciones para el cambio social y de sistema?

  1. serendipia69 dijo:

    Me ha encantado. Y espero que sea cierto, que nos estemos aproximando a ese punto de masa crítica que provoque el vuelco de estructuras políticas, sociales y económicas. A pesar del trabajo que semejante cosa cuesta en una sociedad adormecida, que ha hecho de no leer, de no pensar y de la no asunción de responsabilidades cívicas un deporte nacional.

  2. Andres dijo:

    Breve repaso de los primeros 4 años con temas importantes como la reforma de la Constitución o que si se pue de dejar caer una banco como Bankia sin perder nuestro dinero. También hay comentarios de personas como Iñaki Gabilondo.
    http://www.ivoox.com/resumen-primeros-4-anos-la-audios-mp3_rf_1762366_1.html

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