Tras el visionado de la conferencia compartida entre Pablo Iglesias (PODEMOS) y Alberto Garzón (IU), cualquiera diría (quizá con un poco de guasa) que el diputado Alberto Garzón se ha empapado de varios programas radiofónicos de Radio POLITEIA – El enfoque inteligente, como por ejemplo (entre otros) el de «Democracia interna y organización».
Y es que en la primera media hora de este vídeo hace reflexiones sobre algún mecanismo democrático a nivel formal y, más en concreto, acaba concluyendo la tesis que hemos esgrimido varias veces en Radio POLITEIA – El enfoque inteligente de que reglamentando democráticamente los partidos políticos (tal como prescribe, aunque no detalla, la actual constitución) se podría romper con la archiconocida, y usualmente mal interpretada, ley de hierro de la oligarquía enunciada por Michels, en un acto de «juridificación preventiva» análogo al del pacto social del contractualismo clásico que cristaliza en un Estado como paso lógico para salir de la guerra de todos contra todos, que es como Hobbes entendió el estado de naturaleza previo a toda juridificación.
Cuánto me alegro de que líderes de izquierda empiecen a integrar con seriedad las cuestiones democrático-formales en su discurso (a mi juicio, se encallan de forma exhasperantemente excluyente en las cuestiones de orden material), así como me alegro del paso que ha dado PODEMOS asumiendo herramientas del Partido X. En el debate sobre PODEMOS que hicimos hace dos semanas en Radio POLITEIA – El enfoque inteligente dije que me encantaría que Partido X se integrara en PODEMOS, pero lo que han hecho me parece todavía mejor: partido X se aparta de las elecciones europeas, y cede su know-how a Podemos para un funcionamiento interno estrictamente democrático. Queda por ver cómo lo aplican. Estaremos atentos. El prometido «desbordamiento democrático» que los promotores de PODEMOS auguran para su iniciativa depende directamente de ello.
De hecho, no entiendo la usual reticencia de Pablo Iglesias a integrar la formalidad democrática radical como un elemento crucial del populismo de pata negra que esgrime como un maestro de la comunicación política. Esa reticencia ya la expresó en la interesantísima entrevista que Pablo tuvo a bien conceder a Radio POLITEIA – El enfoque inteligente hace ya un par de años.
Por supuesto que tiene razón Pablo en que la democracia no reposa esencialmente en los mecanismos, sino en la idiosincrasia comunitaria (si hay mayor o menor empoderamiento y politización de la gente), pero así como no rechaza el uso de «significantes vacíos» como «patria» redefiniéndolos inteligentemente, no debería rechazar el de «democracia» en su aspecto más sintomático y evidente como es el de disponer de mecanismos concretos de decisión, proposición, abrogación, reforma, revocación, etc. La asimilación de democracia formal a pseudo-democracia que hace en esta charla es bien descriptivo a nivel de hechos históricos acaecidos pero es un reductivismo inaceptable a nivel teórico y prescriptivo.
Los suizos sí que son modelo de democracia para los demás, no porque estemos de acuerdo o no con su modo de vida (o responda éste a mejores o peores valores morales) sino porque si quisieran cambiarlo, podrían hacerlo sin problemas y hasta dónde quisieran en función de su sentir mayoritario; y sin una sola manifestación, gracias a los múltiples mecanismos que poseen para intervenir directamente en la deriva política de su comunidad. Mientras que nosotros por mucho que nos manifestamos parece que no sirve de casi nada (aunque últimamente empiezan a haber maravillosas excepciones como Gamonal, los basureros de Madrid, etc.), y esto es así, precisamente, porque no tenemos mecanismos formales que vehiculen de forma efectiva la voluntad política de la ciudadanía. Los suizos están politizados y nosotros no. Los suizos se te ponen delante si vas demasiado rápido por la carretera (¿alguien se imagina eso en España?), y eso es así porque tienen un profundo sentido comunitario, y las leyes las sienten suyas. En el programa sobre «Democracia Directa» tratamos en su día la cuestión.
Pablo acaba un párrafo diciendo que «esos mecanismos no sirven de nada si no es para empoderar a la gente»: pues precisamente. La gente entiende la noción de democracia, en lo que pueda tener de «significante vacío», antes como una cuestión formal que como un sesudo análisis sociológico/politológico. Así como la noción de «patria» debe ser reconquistada con unos referentes auténticamente comunitarios, así también debería hacerse con la noción de «democracia», precisamente en la medida en que el sentido común la entiende preminentemente en un sentido formal.
Y es que dado que la movilización permanente es una insensatez, una buena salud política de la comunidad pasa por la articulación de efectivos y amplios mecanismos muy diversos de control, supervisión y tomas de decisión democráticas. El Estado debe diseñarse con «inteligencia formal» de manera que encarne jurídicamente y preserve institucionalmente los valores democráticos. Por tanto, no se puede dejar de lado este aspecto no solo como arma retórica y dialéctica, sino también como compromiso político y horizonte de posibilidad para el imaginario colectivo.
En españa ni existela democracia ni esta la gente preparada para ello, no te engañes. Esta semana yo me he quedado absolutamente flipada con una cosa que, aunque pueda parecer una chorrada, me parwce un sintoma graviiiiisimo: en mi circulo varias personas (estudiadas, de izquierdas, criados en «democracia»y con mas dinero para gasta que yo) han intentado escaquearse de pagar los centimos que cuesta el whatsap…. Esto, entre otras muchas cosas(incluido que son bobos y no ven que no solo es que esa gente se merece esos centimos y que nos conviene que los reciban para que se sigan haciendo cosas asi), significa que no han entendido el poder que tiene una unica persona y que se siguen escudando (igual qe hace mucha gente para defraudar o para no reciclar o ahorrar ahua o comprar nacional o hacer voluntarioado o votar) en que solo los poderosos pueden cambiar algo y que la hormiguita no cambia nada….
Hemos fracasado
Esa es nuestra idiosincracia, la de las excusas, y asi no es posible la democracia y estamos a años luz del libertarismo
Pingback: La crítica formal al discurso democrático de Pablo Iglesias (Podemos) por Salva Mestre (Radio Politeia)
Pingback: Sistema en crisis | Primavera Valenciana