¿Son compatibles liberalismo y eficiencia? La respuesta es que no siempre

Mucho se habla de que los sistemas de mercado libres son el mejor dispositivo que podemos utilizar para organizar la sociedad. Sin embargo, muchos de sus defensores ignoran la paradoja liberal planteada por Sen en este artículo que viene a decir:

‘’ No existe sistema humano que simultáneamente pueda sostener un mínimo de libertad, garantizar asignaciones de recursos  eficientes y a su vez, funcionar como sociedad’’.

Esta paradoja requiere comprender primero que se entiende por eficiencia. En economía se utiliza la noción de Pareto Eficiente.  Hace referencia a la situación en la que no es posible mejorar a una o más personas sin perjudicar a otra.  Si pensamos en una sociedad en la que hay dos personas y las siguientes posibles distribuciones de recursos recogidas  en la Tabla 1:

Tabla1_Asig Recurso

Como vemos, tanto A, B y C son eficientes en el sentido de Pareto. Si te mueves de A a B (B a A), Pepe mejora (empeora) y Juan empeora (mejora).   De A a C (C a A) Pepe empeora (mejora) y Juan mejora (empeora). Lo opuesto sucede de B a C (C a B) ya que en este caso Pepe mejora (empeora) y  Juan empeora (mejora).  En todas las transiciones hay alguien que mejora y otro que empeora.

La paradoja de Sen plantea el siguiente caso.  Imaginemos de nuevo una sociedad compuesta por Pepe y Juan.  En esta sociedad hay un recurso que asignar: el libro de las 50 sombras de Grey. El libro sólo tiene una copia y puede usarse para que lo lean Pepe o  Juan o que no se lea.  Por tanto, las tres alternativas son: que Pepe lo lee (x), que Juan lo lee (y) y que ninguno lo lee (z).

Pepe, que piensa que el libro es muy malo prefiere que nadie lo lea, pero si tuviera que elegir entre cualquiera de la otras dos, preferiría leerlo por sí mismo en lugar de exponer al crédulo Juan a las influencias de las sombras de Grey. El orden de preferencia para Pepe  es z > x > y. Juan, sin embargo, prefiere que cualquiera de ellos dos lo lea a que ninguno lo haga. Aún más, se deleita con la idea de que Pepe lea. Su segunda mejor opción es que él mismo lea el libro, y la peor que nadie lo lea. Su orden de preferencias es  x > y > z. La Tabla 2 resume las preferencias de los individuos en la sociedad.

Tabla2_Prefs

Ahora imaginemos que hay un planificador social benevolente y liberal que puede saber exactamente las preferencias de Juan y Pepe y que tiene que decidir que hacer. ¿Debería forzar a Juan a Pepe a leerlo o debería tirarlo a la basura? En concreto el planificador que es benevolente, tiene que ordenar todos los posibles sucesos en términos de su contribución al bienestar social. Como el planificador social es un liberal clásico decide que tiene que comprometerse con los derechos y libertades individuales: cada uno de los individuos debería elegir libremente si lee el libro o no. No se puede forzar ni prohibir. Hay que darle a cada individuo el derecho a decidir si quieren o no quieren leer el libro.

Por tanto, Pepe debería decidir libremente si el suceso ‘’Pepe lee el libro, (x)’’ es más deseable que ‘’Tirarlo a la basura (z)’’.  Del mismo modo, Juan debería decidir si el suceso ‘’Juan lee el libro (y)’’ es superior al suceso ‘’Tirarlo a la basura (z)’’. Siguiendo esta estrategia para la asignación del libro, el planificador pregunta a cada uno y observa que la ordenación social resultante es:

Pepe preferiría no leer a tirarlo a la basura: Pepe lee (x=0) < Tirarlo a la Basura (x=1).

Juan preferiría leerlo el a tirarlo a la basura ya que: Tirarlo a la Basura (z=-1)  < Juan lee (y=0).

El mínimo de liberalismo requiere que Pepe no sea forzado a leer el libro. La consistencia implicaría que puesto que Juan prefiere leerlo a tirarlo a basura y Pepe prefiere no leerlo el planificador le daría el libro a Juan. Sin embargo el suceso ‘” Juan lee (y=0)’’ es un suceso ineficiente, ya que tanto para Juan como para Pepe se da el caso de que

Juan preferiría que Pepe lo leyese: Juan lee (y=0) <Pepe lee (x=1)

Pepe preferiría leerlo él en lugar de Juan: Juan lee (y=-1) <Pepe lee(x=0)

Puesto que no podemos obligar a Pepe a elegir x , pero también se requiere que esa lectura no le sea prohibida a Juan, no podemos elegir la opción z. Pero tampoco podemos elegir la opción  y, porque viola el criterio de Pareto: tanto Pepe como el Juan están de acuerdo que ellos preferirían que Pepe leyera (opción x) a que solo lo haga el Juan (opción y).

Como hemos descartado las posibles soluciones, debemos concluir que es imposible encontrar una función de selección social que satisfaga eficiencia y liberalismo.

Acerca de Vicente Rios

Soy investigador de macroeconometría aplicada, especializado en paneles espaciales dinámicos y técnicas de model averaging. Actualmente trabajo en cuestiones de desigualdad, conflicto, crecimiento, instituciones y medio ambiente. Web personal: https://sites.google.com/view/vicenterios/home
Esta entrada fue publicada en Economía y finanzas, Sin categoría y etiquetada , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario