Tenemos la idea de que los profesionales hacen bien su trabajo porque son buenos conocedores de su área de conocimiento y son, por tanto, capaces de analizar e interpretar los datos para poder decidir la mejor solución. Un médico es un buen ejemplo de esto. Asumimos que maneja analíticas de sangre, radiografías, resonancias magnéticas y un conjunto de elementos para tener un buen diagnóstico y poder decidir el mejor tratamiento o intervención. Así, uno podría pensar que los políticos deberían actuar de forma similar. Lo bien cierto es que demasiadas veces los políticos nos defraudan.
Así sucedió, nuevamente, en el último pleno extraordinario de Silla donde se votaron los presupuestos municipales para el 2016, de una importancia crucial dado que el anterior gobierno local se dedicó a prorrogar los del 2012 durante tres años. En lugar de analizar el reparto de recursos entre las distintas partidas, de tomar conciencia de la delicada situación contable y de la complicada situación económica heredada (con una deuda todavía altísima), en lugar de aportar críticas o propuestas desde una visión de conjunto, la mayor parte de la oposición se dedicó a desarrollar estrategias claramente demagógicas con el único fin de poder justificar su voto negativo.
Cuando lo bien cierto es que, desde el Equipo de Gobierno Local, el planteamiento presupuestario se ha basado, de entrada, en la responsabilidad de sanear unas cuentas que no reflejan la realidad. Se arrastran más de 2.000.000 € en facturas no reconocidas que están a la espera de recibir asignación presupuestaria, ya que actualmente el periodo medio de pago es superior a 200 días y el primer objetivo es acercarse lo antes posible a los 30 días estipulados por la ley. Seguir con esa situación sería perpetuar la irresponsable gestión presupuestaria del anterior gobierno. Si se quiere un proyecto de comunidad sólido para el municipio, la configuración presupuestaria debe pasar necesariamente por sanear las cuentas y soltar lastre. Es por ello que la mitad de estas facturas serán reconocidas en los actuales presupuestos y la otra mitad en los siguientes.
Por otro lado, hay más de medio millón de euros asignados al capítulo de personal del Ayuntamiento que podrán ser asignados a otros fines, ya que se trata de puestos de trabajo que, por legalidad, deben ser reconocidos presupuestariamente pero que no supondrán gasto porque corresponden a puestos vacantes. Contemplarlos inicialmente como recursos disponibles para otras partidas presupuestarias significaría infringir las normas presupuestarias. Estos recursos se irán redistribuyendo a medida que queden liberados, lo cual permitirá atender necesidades acuciantes, reforzar servicios básicos e impulsar la cultura y la participación en nuestra comunidad.
En suma, estos presupuestos municipales, realizados desde la responsabilidad y los valores sociales compartidos por un equipo de gobierno plural, nos permitirán cumplir con los compromisos asumidos en la campaña electoral. Una buena planificación presupuestaria, comprometida y eficaz, puede generar remanentes positivos que permitan reducir notablemente los plazos para reequilibrar el presupuesto para, de este modo, poner al servicio de la ciudadanía todos los recursos económicos de la corporación con el fin de avanzar hacia el modelo social que el “Acord per Silla” estableció.
Más específicamente, para la concejalía de Transparencia, Comunidad y Participación, contaremos con austeros pero suficientes recursos como para arrancar con fuerza en la aplicación de herramientas y estrategias que permitan ampliar y fortalecer la participación política de los vecinos así como para implantar una nueva cultura de la transparencia tanto en la gestión política como en el funcionamiento de la administración local y su modernización en la atención al ciudadano.
Salvador Mestre Zaragozá, Concejal de Transparencia, Comunidad y Participación en el Ayuntamiento de Silla, por Silla en Democracia.