Desde la aprobación de la ley reguladora de los referéndums en 1970 en Italia se han celebrado varias decenas de ellos. En Italia existen dos modalidades de referéndum, todas ellas vinculantes pero que, como veremos, también presentan restricciones importantes.
Referéndum popular
Sirve para abrogar, abolir, una ley ya aprobada por el Parlamento. Puede solicitarse por petición de cinco consejos regionales o por reunir 500.000 firmas. La Corte Constitucional examina el texto y tiene la potestad de rechazarlo, cosa que ha ocurrido con buena parte de solicitudes de referéndum popular que ya habían reunido las 500.000 firmas. Si el referéndum se acepta este tiene una traba más, se requiere más del 50% de participación para que el resultado se considere válido.
En la práctica este mecanismo, aunque ha resultado más provechoso que en España sigue siendo enormemente dificultoso y lleno de trabas. La cifra de firmas necesarias es importante, se es muy estricto en la admisión de las firmas como válidas lo que obliga a recoger varios miles de firmas más, la Corte Constitucional es también estricta sobre los temas que pueden tratarse y el ya citado quórum requerido aun dificulta más su éxito.
Referéndum constitucional
Estos referéndums no están sujetos a quórum y sólo se pueden producir para ratificar reformas constitucionales iniciadas por las cámaras italianas que no hayan alcanzado las mayorías cualificadas de 2/3. Requieren, al igual que los referéndums populares, la presentación de 500.000 firmas de apoyo.
Pros: El mecanismo de referéndum italiano es sustancialmente mejor que el español pero sigue estando a años luz del suizo. Se podría decir que está en una situación intermedia, a medio camino. Así, en el mismo periodo que Suiza hace 200 referéndums, Italia hace 20 y España solo 2 y ni siquiera con carácter vinculante.
Contras: El mecanismo es muy estricto y contiene bastantes trabas. Además los referéndums solo se hacen sobre iniciativas parlamentarias por lo que solo tienen utilidad para vetar medidas adoptadas por los políticos pero no para aprobar propuestas ciudadanas.
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