Plutocracia Partitocrática

4. La plutocracia partitocrática

Es una plutocracia partitocrática tal y como podemos ver en este esquema. Una plutocracia es un sistema en el que gobiernan los ricos. Éste sistema se caracteriza por que alrededor del poder estatal se suele forma un holding empresarial o fáctico que, tras financiar partidos y medios de comunicación, obligue a realizar un clientelismo político a través de legislaciones favoritistas.

Como podemos ver, la banca y las grandes empresas están en el centro del sistema. Financian de forma irregular a los partidos, compran los medios de comunicación para influir en la mente de las personas, que luego a través de la elección vota y legitima en las elecciones a los suplantadores de la voluntad popular. 

Un elemento clave para la comprensión de esta cárcel para el pueblo, es la elección y el partido único de partidos actual. El partido de partidos que combina la simulación de diversidad con el ataque a todo movimiento social revolucionario. Aunque la propaganda institucional presenta el régimen partitocrático actual como pluralista, puesto que a las elecciones se presentan partidos y formaciones con ideologías diferentes, de tal modo que el súbdito tiene ante sí, un repertorio variado de opciones, la realidad es muy diferente. La contradicción política principal no es la de derecha y la izquierda, sino entre la derecha y la izquierda unificadas y la revolución.

En este esquema todos los partidos están más o menos corrompidos pues para su supervivencia, dependen económicamente de las grandes empresas y la banca y sus fondos, que provienen  de las subvenciones, de las donaciones de corporaciones privadas y de la corrupción que en el ámbito municipal cobra mayor intensidad si cabe.

Dada su integración en el Estado, los partidos políticos actuales son cuerpos de funcionarios gobernados por sus respectivos jerarcas. Así, al institucionalizarse se homogenizan de manera que todos los partidos desde la más casposa derecha extrema anidada en el PPSOE hasta IU, como buena parte de los que se afirman independentistas y antisistema, acaban defendiendo la propiedad capitalista, la neo-servidumbre del asalariado, la integración en un mercado laboral global donde el valor crucial es la competitividad, el apoyo de España y su ascenso a una potencia neo-colonial, la educación pública del adoctrinamiento etc.